Desde la Casa Bolivariana de Upata, la coordinación municipal del PSUV, coordinadores de la Misión Sucre y Ribas, voceros de consejos comunales y líderes sociales invitaron al pueblo de Piar a participar en la Gran Marcha de la Dignidad en conmemoración de la gesta militar cívica del 4 de febrero de 1992 contra el gobierno corrupto y decadente de Carlos Andrés Pérez, punto de partida para la cruzada de las fuerzas progresistas que derrotaron en 1998 al Puntofijismo, con la presencia como líder del Presidente Hugo Chávez Frías.
Upata- Especial- Juan Ruiz Correa
Upata- Especial- Juan Ruiz Correa
Con motivo de la conmemoración de la gesta militar del 4 de febrero de 1992, que hoy llega a su XVIII aniversario, las fuerzas populares del municipio Piar, con la compañía de la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela, estará participando en la gran marcha del Día de la Dignidad.
Informó al respecto Ornella Arbeláez, delegada al Congreso del PSUV, en compañía del también delegado Leobardo Salazar, Griselda Calma, Rossana Romero de la Misión Sucre, concejales, voceros de consejos comunales, líderes sociales, educativos, deportivos, culturales, que “esta movilización popular en defensa del proceso revolucionario que lidera el presidente Chávez partirá a las ocho de la mañana desde El Obelisco de Upata, con llegada la Plaza Bolívar de esta ciudad.
En el acto de masas estará entre otros participando el capitán Julio Almeda, “uno de los protagonista de aquella asonada militar y cívica contra la perversión del puntofijismo y el deterioro moral, económico, social y político de los partidos tradicionales AD y Copei, y sus aliados de la oligarquía, quienes se empecinaban en someter a Venezuela y a los sectores populares en la más absoluta pobreza, exclusión y falta de oportunidades”.
Destacó Ornella Arbeláez que el 4 de Febrero le dio un cambio radical a la historia política nacional, el cual fructificaría 7 años después con la instauración de una verdadera democracia, que abrió las puertas a un país de inclusión y participación popular. Resaltó que “ante la arremetida feroz de la ultraderecha, y sus lacayos, contra los logros sociales y la transformación productiva del país, el pueblo de Piar, saldrá junto a sus patrulleros del PSUV, integrantes de las misiones y fuerzas progresistas, a defender este proceso revolucionario”.
Explicó que en el contexto de esta marcha están convocando a los consejos comunales, a sumarse a esta jornada, que servirá para ratificar el poder de convocatoria del presidente Chávez y su proceso de inclusión, el cual está siendo amenazada por las empresas mediáticas terroristas y por los estrategas del oposicionismo, quienes pretenden devolvernos al pasado de corrupción, entrega de nuestros recursos petroleros y deterioro de la calidad de vida de los venezolanos y de nuestra autonomía como nación soberana.
Expresó Arbeláez que en esta marcha participará el alcalde Gustavo Muñiz, como líder de la revolución en el municipio, su equipo de gobierno, concejales, el coordinador de Políticas Públicas Angel Figueroa, funcionarios públicos, educadores, deportistas, artistas, todos en un gran bloque popular, destinado a reiterar el apoyo a un gobierno que entre tantas realidades rescató la soberanía del pueblo, reivindicó la inclusión, la justicia social, ha disminuido la pobreza, le lleva alimentación a la gente a través de Mercar PDVAL, creó las misiones sociales, Barrio Adentro, rescató la dignidad y el orgullo de ser venezolano.
Considera Arbeláez que no hay dudas.”La revolución de Chávez ha impulsado el empleo, elevó el salario mínimo, incrementó las pensiones, rescató las empresas básicas, el petróleo, aumentó las reservas internacionales, evitó la hiperinflación, ha construido imponentes obras de infraestructura, mejoró el acceso de la población al agua, a los servicios básicos, al deporte, a la cultura, controla a los especulares y acaparadores, controló las ganancias abusivas de la banca, incrementó su presencia internacional mediante la integración de los pueblos, cancela a tiempo sus obligaciones labores, elevó la participación de los indígenas, la mujer, las personas con necesidades especiales, defiende y asume a los niños, a la mujer embarazada, ha rescatado empresas alimenticias e industriales abandonadas por sus dueños”.
Por todas estas razones, dijo, el proceso iniciado con la rebelión militar cívica del 4 de Febrero de 1992 debe ser celebrado por quienes creemos en este proceso hermoso de cambio y transformación, y no estamos dispuestos a seguir tolerando más guarimbas, mentiras, guerras sucias y actos de violencia que se han desatado como un plan internacional del imperio para pretender aplastar a nuestro pueblo y su revolución bolivariana y socialista.
Antonio José de Sucre Alcalá nació en la ciudad de Cumaná el 3 de febrero de 1795. El pensamiento y la obra del Gran Mariscal Sucre fueron inigualables; su vida fue ejemplar y asombrosa.
Durante los años 1813 y 1814, junto a Mariño y otros patriotas orientales, luchó decididamente. Siendo en 1819 que recibe el grado de General por su valentía, inteligencia y lealtad, por los intereses y defensa a la patria. Participó en las batallas de Riobamba y Pichincha, con lo que culminó la libertad de Ecuador.
Asimismo tuvo un destacado papel en la batalla de Junín, lo que aumentó su fama como valeroso estratega militar.
Fue el jefe del "Ejército Unido Libertador", que derrotó a los realistas en la Batalla de Ayacucho. Ayacucho fue para Sucre un instante sobresaliente de una carrera político-militar, admirable, dramática y emocionante. Debido al triunfo obtenido, Bolívar le confiere el título de "Gran Mariscal de Ayacucho" y Libertador del Perú, además le obsequió su espada más preciada y le colmó de honores.
Ya para el 20 de enero de 1830, Sucre presidió el último Congreso de la Gran Colombia. Tras relatar ante éste el fracaso de su gestión en la frontera venezolana salió de Bogotá camino de Quito. Siendo emboscado el 4 de junio en la montaña de Berruecos, a poco más de media legua de camino del punto de donde habían partido. Sale del enmarañado laberinto de corpulentos árboles y espinosas malezas un tiro de fusil. '¡Ay! ¡balazo!...' exclama el general Sucre, y no habían acabado sus labios de pronunciar esta su última palabra, cuando parten tres tiros más de un lado y otro del lóbrego sendero, y el inmaculado Gran Mariscal de Ayacucho, a los 35 años de edad, cae muerto, sobre el hondo lodazal de aquel oscuro, tenebroso y solitario bosque.
Finalmente, Sucre es hasta hoy, el general más joven de 24 años y uno de los dos mariscales que ha nombrado la república. Fue tan extraordinaria la vida de él, que su primera biografía la escribió el mismo Libertador Simón Bolívar.
Asimismo, Sucre fue soldado, estadista, diplomático, congresista, primer presidente de la República de Bolivia, extraordinario estratega e ingeniero militar. Fundó periódicos, cortes de justicia y diseñó leyes.
Hoy sus restos son venerados por los ecuatorianos en la Catedral de Quito. Y en el Panteón Nacional de Caracas permanece abierto un monumento (cenotafio) en espera de que algún día pueda contener los restos del héroe cumanés.
"El general Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el Imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco Cápac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada".
Aporrea insertó en su portal la biografía del Mariscal Sucre escrita por el Libertador Simón Bolívar, haga clic arriba y acceda al texto completo.http://www.aporrea.org/actualidad/n150178.html
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Prensa Web RNV/Agencia 3 Febrero 2010, 10:24 AM |
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Foto: El general Sucre es el padre de Ayacucho, es el redentor de los hijos del sol. ArchivoDurante los años 1813 y 1814, junto a Mariño y otros patriotas orientales, luchó decididamente. Siendo en 1819 que recibe el grado de General por su valentía, inteligencia y lealtad, por los intereses y defensa a la patria. Participó en las batallas de Riobamba y Pichincha, con lo que culminó la libertad de Ecuador.
Asimismo tuvo un destacado papel en la batalla de Junín, lo que aumentó su fama como valeroso estratega militar.
Fue el jefe del "Ejército Unido Libertador", que derrotó a los realistas en la Batalla de Ayacucho. Ayacucho fue para Sucre un instante sobresaliente de una carrera político-militar, admirable, dramática y emocionante. Debido al triunfo obtenido, Bolívar le confiere el título de "Gran Mariscal de Ayacucho" y Libertador del Perú, además le obsequió su espada más preciada y le colmó de honores.
Ya para el 20 de enero de 1830, Sucre presidió el último Congreso de la Gran Colombia. Tras relatar ante éste el fracaso de su gestión en la frontera venezolana salió de Bogotá camino de Quito. Siendo emboscado el 4 de junio en la montaña de Berruecos, a poco más de media legua de camino del punto de donde habían partido. Sale del enmarañado laberinto de corpulentos árboles y espinosas malezas un tiro de fusil. '¡Ay! ¡balazo!...' exclama el general Sucre, y no habían acabado sus labios de pronunciar esta su última palabra, cuando parten tres tiros más de un lado y otro del lóbrego sendero, y el inmaculado Gran Mariscal de Ayacucho, a los 35 años de edad, cae muerto, sobre el hondo lodazal de aquel oscuro, tenebroso y solitario bosque.
Finalmente, Sucre es hasta hoy, el general más joven de 24 años y uno de los dos mariscales que ha nombrado la república. Fue tan extraordinaria la vida de él, que su primera biografía la escribió el mismo Libertador Simón Bolívar.
Asimismo, Sucre fue soldado, estadista, diplomático, congresista, primer presidente de la República de Bolivia, extraordinario estratega e ingeniero militar. Fundó periódicos, cortes de justicia y diseñó leyes.
Hoy sus restos son venerados por los ecuatorianos en la Catedral de Quito. Y en el Panteón Nacional de Caracas permanece abierto un monumento (cenotafio) en espera de que algún día pueda contener los restos del héroe cumanés.
"El general Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el Imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco Cápac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada".
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